Desde lo más profundo del infierno

Desde lo más profundo del infierno, surgió una llamarada de amor que acabó con su vida.
Su vida, que ironía decir su vida cuando nunca fue suya. Eres mía, te quiero! Fueron las últimas palabras que escuchó antes de desplomarse sobre el suelo, alfombra roja sobre la que pisotearon las miserias de este mundo.

Las teclas dejaron de sonar y ella decidió hacer un alto, había llegado a un punto muerto de la narración y no convenía obcecarse en ello. Buscaba reflejar el instante de la muerte, realzar ante el lector a la víctima y al verdugo. De nada serviría lo escrito anteriormente si no conseguía trasmitir la verdadera razón que le impulsó a escribir esa novela.
Se sirvió un café y salió al pasillo que servía de terraza interior.
Frente a ella la escalera estaba sembrada de ropa sucia y platos de comida a medio consumir. Al otro lado el pasillo estaba ocupado por neumáticos de bicicletas desinflados, una silla plegable de lona y una escoba de tallo roto. Una escena de persecución rugía d a todo volumen, mientras dos vecinos se estaban gritando mutuamente para hacerse oír por encima de las colisiones de coches de la televisión.
Se juramentó para salir de aquel mundo, y no solo eso sino luchar para conseguir su erradicación. Su madre fue la única persona que le hizo creer que podía hacerlo, aquella máquina de escribir que le regaló por su cumpleaños era lo mas lindo que nadie haría jamás por ella. Y pensaba no dejar en vano aquel sacrificio que le costó la vida.
Y cuando apurando el café se giró para entrar de nuevo en casa le vio entrar en el corralón.
Allí estaba, con su rolex y su anillo de sello, sus jodidas botas de piel y la cadena de oro visible debajo de su camiseta inmaculadamente planchada por alguna amante porque él no había planchado en su vida, sus gafas oakley y un cuerpo que delataba el tiempo libre que poseía para esculpirlo.
El puñetero abogado, consiguió hacer creer al juez que mi madre resbaló por las escaleras, pero yo sabía muy bien que fuiste tú cabronazo.
Pensaba, casi murmuraba con los ojos humedeciendose mientras le veía subir la escalera.
.- Hola mi pequeña
.- No te acerques a mi cabronazo
.- Esa no es forma de hablar a tu padre, no te alegras de verme ?
.- No puedes acercarte a menos de 500 metros largate!! o llamo a la policía!
.- Vamos pequeña, ha quedado probado que fue un accidente, quise ayud
.- La mataste tú hijo de puta! No manches su nombre en tu boca. Pensabas que no sabía que le robabas su paga ? Ella no limpiaba escaleras para costear tu borrachera sino para pagarme los estudios, mi futuro!
La mano y el aliento a alcohol volaron con ira hacia ella justo cuando unos de los vecinos que competían a gritos con la televisión abrió con fuerza la puerta, cuya apertura era hacia el exterior, golpeando en ese instante al alcohólico agresor el cual perdió el equilibrio y cayó por la barandilla al vació.
Una alfombra roja comenzó a deslizarse bajo la podredumbre.

Impertérrita ella, conteniendo un gesto de satisfacción entró en casa no sin antes decirle al aún boquiabierto vecino,
.- Tranquilo, conozco a buen abogado.

Una vez en casa corrió a la maquina, arrancando la hoja que había en ella y colocando una nueva se dispuso a terminar su novela. Ahora tenía un final.

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