Ella era mi salvación

Ella era mi salvación.- Suspiró aliviado al verla.
En esta ocasión su aportación no pasaría de ser meramente testimonial en caso de que el incidente de tráfico terminara en el juzgado. Y de hecho así fue, la falta de entendimiento les llevó a juicio y la validez de aquella prueba inclinaría la balanza a su favor.
Aquella cámara en la fachada de aquel comercio determinó el destino de una y otra parte. Durante la sesión otra cámara grababa todo lo que sucedía en la sala, todo en nombre de la seguridad.
Una vez visto para sentencia se dirigió a la salida no sin antes pasar ante los ojos de otra cámara que les observaba a la salida del edificio. No cayó en ella, así como tampoco en la cámara que filmaba sus pasos desde que entró en el banco hasta su salida. El día había empezado mal pero sin darse cuenta ya estaba formando parte del sistema siendo un peatón mas filmado de nuevo por la cámara que sobre el semáforo vigilaba en nombre de la seguridad toda la calle.
Llegó a su puesto de trabajo y desarrolló su actividad laboral ajeno a la cámara que en nombre de la seguridad vigilaba oculta tras la lámpara.
Una sirena indicaba el fin de la jornada y todos se dirigieron hacia la salida. Con el coche en el taller nuestro protagonista optó por usar el transporte público. Subió al bus y esta vez si se percató de que durante su trayecto una cámara estratégicamente situada vigilaba todos sus movimientos.
Entonces recordó cuantas cámaras le habían filmado a lo largo del día y pensó… Bah -Se dijo- No puede ser…
Una vez se bajó en su parada se dirigió hacia su casa, refugio del mundo exterior, su familia, su intimidad, por fin podría disfrutar del día en libertad sin ningún artilugio que le grabara.
Coincidió con ella en el portal, un cariñoso beso le hizo olvidarse de lo acontecido.
-Cariño no vas a creerte lo que por un momento llegué a pensar! Imagínate que creí que éramos vigilados por unas máqui…- Ella no le dio tiempo a terminar la frase.
-¿Qué es eso?- Le preguntó él sin poder evitar por un instante una expresión de temor en sus ojos.
-Es una cámara que observará a nuestro pequeño y esta otra la pondremos en nuestra habitación y él podrá vernos.
Pero ¿Qué te sucede?-
De pronto aquello que había desechado por considerarlo mas bien una broma de su imaginación volvió a su mente.
-¿Qué te sucede, no te gusta la idea? Nuestros vecinos la han instalado, dicen que es por la seguridad. Deberían ponerlas por el barrio- Dijo ella convencida de sus palabras.
-Es cierto, es cierto! Nos están controlando!- Y se dirigió corriendo hacia la habitación de su hijo.

Ella aún sin reaccionar solo pudo decir. –Cariño ¿Dónde dices que te diste el golpe con el coche? ¿En la cabeza?
En esto le sonó el móvil en el interior de su bolso. Al cogerlo conectó la cámara y dijo.
-No se preocupen, pronto todos los humanos estarán controlados-.

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