La última imagen que quedó plasmada

.- La última imagen que quedó plasmada en su retina fue la de su asesino.
.- ¿Y eso? Como puedes saberlo?
.- Son muchos cadáveres ya los que han pasado ante mi, y créeme, hay miradas que lo reflejan todo.
.- Sí, bueno pero eso no sirve ante un tribunal. De todas formas gracias por tu tiempo.
.- De nada, ojalá consigáis atraparlo.

Era la tercera muerte por maltrato en una semana y no tenían nada. La frustración le acompañó a la salida del Instituto forense. Necesitaba evadirse lejos de todo aquello, aclarar lo poco o nada que tenía. Y decidió dirigirse hacia la playa, seguramente el lugar mas solitario a estas horas de la mañana en un frío día invernal.
.- Vaya semanita – Pensó mientras atravesaba la durmiente ciudad. Esta misma noche le vencía el plazo para publicar la novela que estaba escribiendo y ni siquiera la había escrito. – Pero ¿Qué estoy haciendo pensando en la novela!? – Exclamó golpeando con furia el volante. – Me estoy volviendo loco –
Llegó al desvío y tomo el camino que le conduciría hasta las dunas.
Caminó sobre la arena hasta llegar al borde mismo de la orilla. Recordó que de pequeño acudía al mar a pedirle consejos, pero hace tiempo que dejó de hacerlo, de hecho hace tiempo que no volvía por allí. Se ve que al mar no le hizo gracia su presencia porque había marea baja. Pero el mar no le había olvidado.
Amanecía, un banco de niebla se extendía en el horizonte sirviendo de telón de fondo a un barco pesquero sobre el que las gaviotas giraban a la espera de servirse un buen desayuno. Absorto en intentar resolver aquel caso caminaba con la mirada perdida en aquel barco cuando reparó en las gaviotas. Pero en otra bandada que revoloteaba pocos metros delante de él. Parecía como si estuvieran dándose un festín en la orilla, parecía…- Un cuerpo! – Exclamó! Y se dirigió hacia el lugar moviendo los brazos para ahuyentar las aves.
Cuando llegó hasta allí suspiró aliviado, era un cuerpo, pero no era humano. Debía pertenecer a una cría de ballena o algo parecido a juzgar por los restos que aún no habían devorado las gaviotas, las cuales a prudente distancia demostraban que no iban a renunciar a su presa fácilmente.
Entonces se percató de un detalle. En un ojo de la cría vio reflejada una gaviota.
.- Claro! – Dijo al tiempo que emprendió veloz carrera por la orilla en dirección al coche.
Una vez en el lo puso en marcha en dirección a la ciudad mientras marcaba el nº del forense.
.- Dime
.- ¿Recuerdas lo que me dijiste? Que hay miradas que lo reflejan todo?
.- Sí, bueno sí más o menos. ¿Por qué?
.- Me diste la solución al caso!
.- ¿Cómo!?
.- Haz memoria ¿Sobre qué técnica me comentaste hace tiempo respecto a la retina?
.- Ahh sí! Pero aún no se ha probado sobr
.- Voy hacia allí. Dijo cerrando el movil.

Sin importarle que acababa de aparcar sobre la moto del forense, se dirigió deprisa hacia el interior del Instituto, la retina no conservaba por mucho tiempo la última imagen recibida.
.- ¿Estamos a tiempo? Le dijo nada más entrar en el pequeño quirófano.
.- Eso espero, no sabemos si aún la conserva. Pero detente! Como bien dijiste antes hacen falta pruebas que puedan presentarse ante un tribunal. Y esto aparte de no tener autorización del juez es tan solo un proyecto de laboratorio!
.- Escúchame. Si en los ojos de esa pequeña se halla el rostro de ese cabrón lo quiero! Al menos si la ley declara el proceso nulo, ya sabré quien es para meterle una bala por cada ojo para que la retenga en sus retinas. ¿Te vale esta autorización?
.- Dicho así… valep
.- Pues manos a la obra. Gracias mar.
.- ¿Qué?
.- No, nada.

El forense acercó el oftalmoscopio de barrido láser a las retinas de ella. Cientos de pequeños fotorreceptores de aquel extraño aparato recogerían el negativo impreso sobre la retina de la última imagen conservada. La tensión inundaba toda la estancia en medio de un silencio sepulcral tan solo roto por el leve zumbido del láser. De repente este cesó y sobre una pequeña pantalla del oftalmoscopio comenzó a dibujarse una imagen, borrosa al principio pero que poco a poco fue adquiriendo forma humana.

.- Bienn!! – Exclamó dándole un beso en la frente al forense – Tengo al cabrón del padre y mi historia! Marcho a escribirla! procésalo todo y envíalo al juez.

Poco después, dos voces se oían rompiendo el silencio de la noche en dos lugares de la ciudad.

.- Abra policía!

Y a cierta distancia de allí, la otra voz.

.- Mi motooo!!!!

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