¿Y a pesar de todo sigues sin creerme?

.- ¿Y a pesar de todo sigues sin creerme? Los están exterminando!

.- Venga no exageres, de veras piensas dar crédito a estas cartas? No lo entiendes? Solo buscan dañar a nuestra amada nación ante el mundo! Nos tienen miedo! Saben que sus conspiraciones y mentiras están siendo descubiertas y eso les hace soltar toda esa sarta de absurdos disparates!

.- ¿Amada nación? ¿Qué hicisteis tú y tu padre por ella en la anterior guerra? Si mal no recuerdo trapicheabas con el enemigo o debo recordarte donde nos conocimos? Pues nuestro vecino perdió a su hijo en el frente defendiendo tu amada nación, y esa familia nos escondió cuando las purgas antes de finalizar la guerra.

.- Cállate! No sigas o

.- O ¿Qué?

.- O sí, recordaré tu origen eslavo.

.- ¿Me estás amenazando hijo de puta?

.- Mi cielo no es eso, perdóname cariño es que me sacas de mis casillas. Si yo te creo, es solo que piensa por un momento, esa cría siempre fue una soñadora. ¿Crees que debemos arriesgarnos por unas cartas, que no olvides son clandestinas y si no es por el amor que te tengo tendría que cumplir con mi deber de ciudadano, escritas por una adolescente que se cree sus sueños? Ven vamos a la cama

.- ¿Tu deber? Vamos cumple con el, Vamos!! ¿Qué te detiene? ¿Mi amor? Ese hoy has dejado de tenerlo cerdo. Vamos! Cumple con tu deber y denúnciame. Seguro que les interesa saber como traicionaste a tu “amada” nación… Y esa cría como tú la llamas tiene mas coraje que tú en toda tu vida.

.- Escúchame, no he llegado donde he llegado para que tú y tus alucinaciones me arruinéis mi vida. Lo siento, hasta aquí me fuiste ut…

No pudo terminar la frase. El bombardeo, puntual a su cita nocturna, cegó su vida antes de que pudiera usar su arma. Ella se apresuró a recoger aquellas cartas y sin percatarse de si aún vivía o no corrió hacia el refugio.
De lo que sí se percató días mas tarde fue de una oscura nube que aparecía proveniente de una chimenea invisible, olía a carne y pelo quemado. Lo comentó con los vecinos y todos, como si de una lección bien aprendida se tratase, lo achacaban a la “Factoría” donde quemaban aceite usado. Incluso parecía como si les molestase que les preguntara por ello. Sobre todo su estupor llegó al máximo cuando al preguntarles por los ausentes, si sabían adonde se los habían llevado negaron haberles conocido nunca!
Su propia seguridad estaba en peligro si continuaba haciendo preguntas, pero de alguna forma tenía que hacer llegar al mundo lo que estaba sucediendo. Ni la excusa del miedo les libraba de su odio y desprecio.
Aquella noche esperó junto a la alambrada de la Factoría aquella vaina con las letras de Ana. Fue en vano. Volvió varios días al mismo lugar sin hallar ningún signo de ella, hasta que por fin aquella noche vio algo cuyos destellos llamaron su atención. Seguramente lo habría dejado en el lugar convenido y habría caído al suelo. Era una especie de chapa identificativa, un nombre, unas fechas, pero no podía leer bien aquella última palabra ¿Cuál sería?
Sus contactos con la Resistencia surtieron efecto y aquella noche partiría rumbo a la frontera con sus cartas dispuesta a hacerlas pública. Poco antes de subir al viejo Daimler del 38 pasó su mano por el techo.
.-¿Qué es esto?
.- Ceniza de Mauthausen.
En ese momento sacó la chapa de su bolsillo y volvió a leerla, ahora ya pudo descifrarla: Crematorio.

Y el coche se perdió camino de Suiza.

Hoy en día dudo que el hombre haya llegado a la Luna, pero no dudo que existiera el holocausto. Yo sí te creo Ana Frank.

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